Cuarta entrada
Mérida, viernes 26 de junio…En México tenemos nuestra Mérida, yo no la conozco, es uno de los pendientes de mi vida, pero mientras, Mérida, provincia de Badajoz en Extremadura, España.
La ciudad fue fundada en el 25 a C., de entonces a hoy, la ciudad ha cambiado mucho, mucho…los siglos no han pasado en vano y la modernidad ha hecho lo que ha podido para cumplir con las necesidades y expectativas de la población. Sin embargo, junto a las calles pavimentadas, los edificios actuales, los cafés con bocadillos, las tiendas de ropa, de zapatos, de accesorios de influencias diversas, también aparecen por aquí y por allá los vestigios de su pasado romano, que saludan a la población del día a día y a los turistas que quedamos impresionados con esta convivencia tan particular…uno cierra los ojos, abre los brazos y con la punta de los dedos de una mano toca el presente y con la otra el pasado y se le pone la carne de gallina…
El primer viaje de Conexiones, después de establecernos en Trujillo, fue a Mérida. El viaje tranquilo dura menos de dos horas. Pasamos casi todo el día allá, una parte del día en el Museo de Arte Romano y otra paseando, cada quien por su cuenta, visitando algunos de los legados de esta civilización maravillosa. El museo es muy completo, tiene excelentes piezas de arte, objetos heredados de tumbas, de palacios; estatuas originales, hermosas en la imagen que muestran y en su apariencia artística.
Margo, María y yo fuimos al teatro romano, al anfiteatro. Nos perdimos del circo romano, de los puentes del río Guadiana y del Albarregas; del acueducto de los Milagros y el de San Lázaro; del templo de Diana, del Arco de Trajano, del pórtico del foro romano, del embalse de Proserpina, del mausoleo del Dintel de los ríos y muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho más…Caminamos entre las ruinas, vimos de cerca esos espacios que la historia nos ha reconstruido en los documentales y estuvimos al lado de esos lugares donde estuvieron los leones, los emperadores, los gladiadores…entre más me impresiona la arquitectura moderna, más y más me impacta, me deja sin palabras la arquitectura antigua; hay un gran mérito en lo que los arquitectos actuales son capaces de crear, pero tiene a su lado toda la ayuda tecnológica, digital; pero aquellos arquitectos antiguos, sin ninguna de las herramientas de hoy fueron capaces de crear maravillas extraordinarias…También recorrimos las callecitas, entramos a algunas tiendas, vimos un desfile de personajes que escenificaban escenas romanas en las calles y comimos primero un bocadillo (Delicioso, en “La dehesa del castúo”, cerca del Museo y de las ruinas) y más tarde un menú en la parte de afuera de un restaurancito llamado Mesón Museo Ibérico; es rico sentarte al aire libre, mirra a las personas caminar a tu vera mientras disfrutas alguno de los buenos platos de la cocina española…Quizá aquí sea tiempo para quejarme, si no lo he hecho, de que las bebidas que el menú incluye son agua o cerveza o vino, pero no una coca cola, incluso cuando son las coca cola miniaturas las que la mayoría de las tiendas venden…Ya sé que suena frívolo, es más, sé que lo es, pero…
Ese viernes 26 volvimos a Trujillo con la emoción de otro viaje que el programa prometía, ahí mismo, a Mérida, pero a medianoche y a disfrutar una obra de teatro clásica en el mismísimo teatro romano, como los antiguos romanos remonos ¡¿Qué tal?!
El 4 de julio, a las 23 horas, nos preparamos para disfrutar Fedra, obra clásica de Eurípides, pero con una versión súper moderna donde un caballo es una motocicleta, y en flamenco. La hora es porque el verano de Extremadura es tan intenso que sólo cuando el sol se ha metido por algunas horas las milenarias gradas de piedra están listas para poder sentarse en ellas, amén de que no hay sombras. La gente va con su almohada, su cojín, su lo que sea que le ayude a amortiguar la dureza de la roca, se acomoda y entonces observa que la semioscuridad por donde ese mueve, se rompe al frente con la luz inmensa que ilumina las columnas romanas que son el escenario que ha de dar vida a alguna de esas historias que la cultura romana ha heredado…La verdad, la verdad, no me gustó tanto modernización en la obra, y para colmo, a mí el flamenco no me dice mucho, sin embargo repetiría la experiencia mil veces con tal de sentarme y sentirme en un segundo de ese mundo que me precedió.
El conjunto arqueológico de Mérida fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993. Tiene el título de Muy Noble, Antigua y Leal Ciudad de Mérida…Vale la pena visitarla.
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