Valencia
El fin de semana pasado, designado por Conexiones para viajar por cuenta de cada quien antes de que termine el programa (ya merito), Margo y yo nos fuimos a Valencia invitadas por Juana (la organizadora de nuestra estancia inicial en Salamanca).
Juana vive en el campo, a una hora de Valencia, tuvimos una buena dosis de ambos ambientes.
Por la mañana (dos idílicas mañanas) el desayuno al aire libre: café, jugo de naranja, pan tostado con jamón serrano, variedad de quesos, variedad de mermeladas, tomates con aceite de oliva, pan dulce y fruta; oyendo el canto de los pájaros, el ladrido de los perros, el cacareo de las gallinas y el sonido de la brisa, de las hojas de los árboles, de los cerritos alrededor...
Por la tarde (una tarde) a Jabea o Xàvia, en valenciano, a visitar a una de sus hijas, Cristina, a comer rico, estar en el mar y cenar delicioso en alguno de esos callejones especiales que hay en esta España maravillosa.
Otra tarde al Oceanográfico (al fondo, atrás del cono). Pasamos antes media hora en el Museo de las Ciencias (a la izquierda del cono)... Inmenso... No lo vimos todo...
Por la noche (una de esas noches) a cenar en lo que acá llaman la terracita de un restaurante, que son mesas al lado de la calle, en la banqueta... Juana pidió miles de cientos de millones de platos para que probáramos varias de las comidas valencianas: sepia, rabo de toro, pescaditos, salmorejo, calamares, etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., todo riquisisisisisísimo... Nos acompañó otra de las hijas de Juana, Nuria, y su nieto Gabriel (que había estado con nosotras todo el día), a mi lado desde donde tomo la foto.
Este viaje fue...insuperable...
SIDE scary STORIES (si te da asco fácilmente no lo leas)
El día del viaje a Valencia tenía una horrible migraña. Dentro del tren me empecé a sentir peor y se me revolvió el estómago. Me levanté a buscar el baño y a los dos pasos se me vino el vómito. Lo contuve de llegar al suelo con una mano en la boca. Miraba señas de "baño"en varios vagones, pero no podía identificarlos. Llegué hasta uno de los tripulantes del tren. El tipo me miró y con su peor cara me dijo fuerte que el baño estaba ocupado. Me le quedé viendo e hice señas a la mano en mi boca, aquel idiota me habló más fuerte y repitió que "ese baño" estaba ocupado, que me fuera a otro. Seguí frente a él haciendo más señas a la mano y aquel estúpido me gritó casi, que me fuera a otro baño... Me fui, pero no sabía a dónde iba porque no podía ver los baños... Me paré en medio de dos vagones y miré con más calma alrededor, vi algo que podía ser el bañó; era, entré y sobre el lavabo eché todo aquello... No había agua o yo no supe cómo hacerla salir... Me limpié las manos con una servilleta (después con el jabón líquido) y salí de ahí dejando mi asqueroso recuerdo...
Al llegar a Valencia Juana ya nos estaba esperando, entusiasmada nos llevó a caminar la ciudad, a tomar algo, a recorrer el centro, a probar el agua de horchata (que no tiene nada que ver con la horchata mexicana)... Cuando hacia las 12 decidimos ir a casa, Juana se dio cuenta que había olvidado ver la calle donde había dejado el coche... Sabía cuál era la zona, pero no la calle exacta... Tomamos un taxi, Juana le dio las señas de más o menos dónde podía estar el auto y después de algunas vueltas bajamos cerca de donde suponíamos podía estar... a unos pasos estaba...¡Guau, qué susto!
JUANA
sensible, abuela, poeta, atemporal, madre, impredecible, campirana, antigua, incansable, joven, alegre, generosa, moderna, abierta, imposible, aventurera, urbana, amiga
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