Mérida
El acueducto
Las ruinas romanas en Mérida salen al paso sin más ni más, se imponen a las ciudades que quieren imponérseles y cuentan sus historias...
Hicimos dos viajes a Mérica, uno de día, para visitar las ruinas del Teatro romano, del Coliseo y el Museo Nacional de Arte Romano que está al lado y exhibe una variedad impresionante de esculturas, tapices y artefactos romanos encontrados básicamente en las ruinas.
El calor en la ciudad era de poco más de cuarenta grados centígrados. En las calles estrechas de la zona comercial, la municipalidad y/o los comerciantes tuvieron que echar a andar un sistema diseñado para refrescar a los transeuntes: de la mayoría de las tiendas, desde el techo del primer piso (todos los edificios tiene más de un piso), por una tubería especial que daba a la calle, salía un rocío fresco que aliviaba el calor tremendo (muchas ciudades de España lo emplean).
Mérida, como ciudad, no me impresionó mucho, su Plaza Mayor no me dijo nada... No obstante, es incuestionable que las ruinas romanas son un legado que la hace especial y un lugar de visita perfecto.
El segundo viaje a Mérida fue de noche, en el marco del Festival Internacional de Teatro Clásico que se celebra cada año en julio y lleva grandes obras que se escenifican en el Teatro romano. La obra a ver era El asno de oro, de Lucio Apuleyo. La publicidad de la obra no especificaba que era un monólogo y esto fue un problema para los estudiantes de Conexiones porque era difícil (imposible para algunos) seguir el relato a pesar de lo bien dicho y actuado...
El actor y director de escena (Rafael Álvarez "El Brujo") hizo una adaptación muy particular donde iba haciendo la historia, pero la salpicaba profusamente de alusiones a la política contemporánea de España principalmente, pero también a la de otras partes del mundo y, lo interesante, claro, es que aún si las alusiones eran a un gobierno particular, uno podía identificar los mismos puntos en su país de estancia y de origen...Era muy divertido y crítico.
En el descanso se decidió salir de la obra y volver a Trujillo...
Las obras comienzan alrededor de las 11 de la noche y la razón es el calor...
Los asientos preferentes son escalones restaurados y emparejados con concreto (hay cojines para sentarse). Los asientos más baratos están arriba y están tal cual la naturaleza los ha ido dejando a través de los siglos; pueden ser bastante incómodos para una función de dos horas... a veces un cojín no es suficiente...
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