En Trujillo...
... metros adelante, siguiendo la muralla que desemboca en "La puerta de San Andrés" (un arco ancestral), y volteando a la izquierda, vivo por este mes.
Cáceres, Extremadura, a menos de una hora de Trujillo en autobús.
Hace cuatro años, en 2009, María y yo caminábamos por la parte monumental de Cáceres y de pronto, una voz fuerte, profunda, madura, ronca, acompañada por una guitarra que sonaba igual que ella, llenó las paredes de piedra que nos rodeaban golpeándolas, acariciándolas se diría y sin querer ¿Dios mío! acariciándonos un poco a nosotros mismas... Seguimos la voz un poco hipnotizadas y a la vuelta de una esquina, sentado en un escalón milenario, un jovencito, quizá también milenario, era quien rasgaba la guitarra y cantaba de semejante manera...
La voz era inconfundible... después de cuatro años ahí estaba de nuevo
junto a aquella guitarra compañera... Lo siento, le tomé un video, pero
no he podido subirlo... Confío en su imaginación o en la posibilidad de
venir a Cáceres a escucharlo en persona.
junto a aquella guitarra compañera... Lo siento, le tomé un video, pero
no he podido subirlo... Confío en su imaginación o en la posibilidad de
venir a Cáceres a escucharlo en persona.
Cáceres tiene un espíritu especial, indescriptible, sensible... Hay que vivirlo... y volverlo a vivir cada vez que sea posible.
Intenten apreciar el paisaje, subí cientos de escaloncitos para
tomar la foto ¡Uf! ¡Qué cansancio! (Iglesia de la Compañía de Jesús).
La judería vieja...y yo...Al fondo hacia abajo una casa museo árabe donde no queríamos salir del baño (para bañarse) porque estaba fresco, fresco, fresco, fresco, fresco, fresco, fresco...
¡Qué rico el clima de este baño árabe! (Margo y María)
En 2009, Cáceres se preparaba para competir por el título de Capital Cultural Europea; lo ganó San Sebastián, pero Cáceres también lo merecía... Me parece que ahora van por el mismo título para 2016.
Al fondo La Plaza Mayor, atrás de la fotógrafa, el túnel de tiempo: el casco viejo
El Palacio Episcopal
Una casona vieja con cortinas fiucha
Frente a un museo (que ustedes no pueden ver porque está a la izquierda)... Me gustó el rinconcito...
La Plaza Mayor
El fin de semana que María y yo pasamos en Cáceres nos quedamos en el Hotel Iberia (al fondo, después del parquecito, a la derecha). Un hotel de una flamante estrella donde la pasamos muy bien después de encontrar el cuarto adecuado...El cuarto adecuado fue el primero que nos dieron, el 212, pero buscando una regadera más amplia (aquella era para personas con desórdenes alimenticios que llevan a la extrema delgadez), nos cambiamos al 210 y Oh, my cat! no funcionaba el teléfono, ni el aire acondicionado y cuando María quiso prender la lamparita junto a la cama...se cayó... Nos dieron el 205 y todo bien.
Cenamos en uno de estos restaurantes alrededor de La Plaza, pero en un lugar sin techo...y fui bautizada por una de las miles de golondrinas que volaban alrededor... El regalo cayó entre mi cuello y mi hombro, sobre mi piel... Menos mal que aún no nos servían la cena y que luego, degustando aquel riquísimo bacalao, no hubo más sorpresas...
Yo, un segundo parada bajo un sol de cuarenta grados centígrados, en la foto final rumbo al autocar para volver a Trujillo.
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